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El día que Sebastián Bagó se fijó en Chile

La Corporación Bagó cumplió noventa años en abril, pero más de la mitad de su existencia ha estado ligada a Chile. Somos parte de su historia.

Cuando el 11 de abril de 1934, el empresario español Sebastián Bagó fundó un laboratorio en Argentina, tenía un sueño: crear en este lado del mundo una compañía farmacéutica capaz de fabricar medicamentos de gran nivel y máxima seguridad.

Esa aspiración que lo trajo a Sudamérica no sólo se hizo realidad   ̶Bagó Argentina es desde hace años el laboratorio líder en ese país  ̶ sino que además creció y se convirtió en una Corporación Empresarial que investiga, desarrolla y produce.

Nueve años después de su fundación, Bagó dio el paso inicial en su camino al liderazgo: se convirtió en el primer laboratorio de Argentina en producir antibióticos en base a penicilina. En la década de los 60 empezó a exportar sus productos a Latinoamérica; en 1968 lanzó al mercado la primera ampicilina fabricada localmente, un producto más eficaz dada la resistencia que las cepas de bacterias estaban mostrando ante la penicilina; y en 1976 adquirió la Química Montpellier, que elaboraba en Argentina una amplia gama de antibióticos, ansiolíticos, analgésicos, antiinflamatorios, corticoides, suplementos tiroideos, y medicamentos para tratar la diabetes, alergias, migrañas, úlceras, dolores e inflamaciones reumáticas.

Gracias al énfasis puesto en investigación y en calidad, el grupo de empresas Bagó no sólo cubrió el mercado continental, sino que además comenzó a exportar medicamentos, farmoquímicos y tecnología a Oceanía, Asia y Europa.

En la actualidad Bagó Argentina está dirigida por Eduardo Vásquez, su Gerente General, y posee una planta farmacéutica en La Plata y otra especializada en antibióticos en La Rioja; y un Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas en City Bell, junto a La Plata. Gracias a eso ha patentado 148 moléculas originales, la primera de las cuales fue el antiinflamatorio talniflumato.

En 2010 fue pionero en asociar en una misma cápsula el antiinflamatorio diclofenaco y el antiácido omeprazol. Y en 2013 diseñó, comercializó y patentó en Europa la primera versión sublingual del ansiolítico alprazolam, bajo la marca Tranquinal.

Actualmente elabora 480 medicamentos que ofrece en más de 50 países, a través de las plantas que tiene en Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia, México, Pakistán…y Chile.

El rol de Bagó Chile

Cuando su laboratorio pasó a ser número uno en Argentina, Sebastián Bagó puso su mirada en otros países para extender su visión de trabajar con calidad, espíritu de equipo y excelencia.

En 1977 decidió comprar dos plantas que habían pertenecido a la farmoquímica catalana Dr. Andreu: el laboratorio Lema de Buenos Aires y el Laboratorio Profarma de Chile. La pequeña compañía argentina no resistió la fuerte competencia interna y sucumbió; sin embargo, la empresa chilena, con el apoyo de Bagó, no sólo sobrevivió sino que despegó y se convirtió en uno de los ejes del desarrollo de la Corporación en la Zona Andina Sur.

En ese tiempo Sebastián Bagó y su hijo Juan Carlos exploraban otros negocios en Chile, cuando conocieron casualmente al entonces Gerente de Promoción y Ventas del Instituto Bioquímico Beta, José Plubins Romeo.«Y un día Juan Carlos Bagó me dice “¿por qué no te vienes a trabajar con nosotros?”. Bagó ya era el primer laboratorio en Argentina. Por primera vez un laboratorio latinoamericano tomaba el primer puesto en un país. Era un monstruo. Yo pensé, “¡Chuta, qué voy a ir a hacer ahí. Me van a sacar a patadas a los dos minutos!”. Y le dije que no», recuerda el Presidente de nuestra compañía.
Sin embargo, los Bagó siguieron invitándolo a unirse, hasta que lograron convencerlo. El 4 de abril de 1978 José Plubins, con su experiencia comercial previa de quince años en el otro laboratorio, asumió como Presidente del aún llamado Laboratorio Profarma. Las primeras gestiones y resultados fueron puestos a prueba, y unos meses después, el señor Plubins viajó a Argentina para mostrarle al dueño de la Corporación el plan de desarrollo de Bagó en Chile. Expuso los datos, necesidades y proyecciones, y entonces se produjo el momento clave. «Don Sebastián me dice “Venga conmigo, joven, un momentito, quiero mostrarle algo”. Entramos a su oficina, fue a su escritorio, abrió un cajonera y sacó una banderita. Él tenía un mapamundi en la pared y dijo, “Ahora voy a colocar a Bagó en Chile”, y clavó la banderita».En 1978 Profarma estaba en el lugar 39 del ranking de la industria farmacéutica chilena, pero con el plan de inversiones, el impulso a nuevas estrategias de venta y el entrenamiento del personal, el laboratorio pronto empezó a crecer. En 1988 ya había subido al 10° lugar, y algunos de sus productos, como el Nastizol, ya lideraban las preferencias.   En 1990, la Corporación Bagó le encargó a José Plubins encabezar la Zona Andina Sur de la compañía, para impulsar la marca en Bolivia, Ecuador y Perú. En ese esfuerzo le acompañaron Renato Vargas y Jorge Miranda para ocuparse de Ventas, Promoción y Marketing.Estos ejecutivos, más los equipos gerenciales y comerciales formados en cada país, consiguieron que la Región Andina Sur de Bagó tenga actualmente operaciones comerciales por 250 millones de dólares, que Bagó Bolivia sea la compañía número uno a nivel nacional, que Bagó Ecuador sea número tres en su país, y que Bagó Perú esté entre las diez primeras en facturación.  

En Chile, el laboratorio Profarma se convirtió en Profarma Bagó en 1993, con lo cual pasó a formar parte de una familia organizacional compuesta en ese entonces por Etipharma de Perú, Laboratorios Farmacéuticos Ecuatorianos Bagó, Laboratorios Bagó de Paraguay, Gramón Bagó de Uruguay, Armstrong Laboratorios de México, Gautier Bagó de Cuba, y Línea Armstrong Bagó de Centroamérica para Panamá, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala.

Fue en 1997 cuando finalmente nuestra compañía pasó a llamarse Laboratorio Bagó de Chile, y adoptó el logo actual y el color magenta como distintivo comercial e institucional. Así pasó a formar parte integral de la Corporación fundada por Sebastián Bagó, y dejó atrás el nombre Profarma, aunque no sus raíces, tal como dijo esa vez el Presidente de nuestra compañía:

“…éramos humildes porque teníamos máquinas viejas. Ahora tenemos tecnología de punta. Pero para tener éxito es esencial contar con la humildad, la humildad de entender que aún nos queda mucho por saber, y que podemos seguir perfeccionándonos.”   Amigos: Profarma Bagó fue un glorioso pasado. Ahora espero que Bagó sea el éxito del futuro”.

En la actualidad, nuestro Laboratorio -dirigido por el nuevo Gerente General, Francisco Méndez– está dentro de las cinco primeras farmacéuticas de Chile, siguiendo el ejemplo de calidad, excelencia y liderazgo de su compañía-madre, una Corporación que se acerca al centenario.